Esquí adaptado con monoski, biski, tres o cuatro huellas… Hoy por hoy, tener una discapacidad no es un problema a la hora de disfrutar de la nieve como el que más.
El esquí adaptado es una modalidad que se puede practicar en numerosas estaciones de España. Si bien es cierto que esta disciplina llegó con unos cuantos años de retraso a nuestro país -cuando ya estaba completamente implantada en América y gran parte de Europa- hoy no resulta difícil encontrar centros invernales, instalaciones y equipamiento destinado a la práctica de ese deporte entre personas con cualquier tipo de diversidad funcional.
Esquí adaptado en España
El esquí adaptado tiene su origen en las terapias que se aplicaban a los soldados que volvían de la guerra con amputaciones. En los años 40 del siglo pasado, los hospitales militares de Europa y de América fueron los impulsores de esta actividad. Hoy por hoy, su práctica ha evolucionado y está completamente implantada en todo el mundo (también en España). Hay que recordar que 1992 supuso un paso importante en esta consolidación. Entonces, el descenso, el eslalon y el eslalon gigante entraron a formar parte de las categorías de los Juegos Paralímpicos. No obstante, el esquí ya era disciplina olímpica desde mediados de los 70. El esquí adaptado abarca todo tipo de discapacidad, bien sea física, psicológica o sensorial.
En el caso de la discapacidad física, existe una quincena de clubes repartidos por toda España. A través de ellos se puede acceder a programas específicos y a cursos y competiciones en las distintas estaciones españolas. Aragón, Madrid, País Vasco, Asturias o Cataluña son algunos de los lugares en los que se encuentran (http://www.feddf.es/deporte/12/deportes-invierno.html).
En cuanto a discapacidades psíquicas, la Federación Española de Deportes para Personas con Discapacidad Intelectual recoge toda la información acerca del modo de practicar esquí adaptado. Además, se ocupa de otras disciplinas: http://www.feddi.org
Estaciones con esquí adaptado
Astún, Celer, Sierra Nevada, Grandvalira, La Molina, Alto Campoo, Arisnal-Vallnord,… Son sólo algunos ejemplos de centros invernales que han incorporado esta actividad. No sólo su práctica con todas las garantías, sino que también han sabido adecuar los accesos. Y eliminar las barreras, en mayor o menor medida. Asimismo, en muchos casos, el certificado de discapacidad da lugar a descuentos en el forfait.
En algunas estaciones, además, se ha dado un paso más. Es el caso de La Molina o de Cerler, por ejemplo, donde se ha creado un Centro de Acogida de Visitantes con Discapacidad. En Astún y en Grandvalira hay una escuela específica para este colectivo. En este sentido, la Fundación Handix (http://www.handix.org/) es una buena opción para iniciarse en esta práctica. Y también para informarse de las opciones y de las distintas posibilidades no sólo en cuanto a esquí alpino adaptado, sino también acerca de otros deportes de montaña.
Distintas modalidades
Respecto a la práctica del esquí adaptado, hay que tener en cuenta distintas circunstancias. Por ejemplo, si el atleta es amputado, con parálisis cerebral o con lesiones medulares. O bien, si sufre discapacidad intelectual o problemas de visión. En función de ello podrá practicar el esquí de una forma o de otra. En este último caso, la Federación Española de Deportes para Ciegos es un referente (https://www.fedc.es/deportes/esqui).
Relacionados con la discapacidad física, los sistemas más popularizados para practicar alpino son el monoski (el deportista va sentado sobre una plataforma unida a uno o dos esquís) o el biski (un sistema similar, pero con más estabilidad). También se utiliza el sistema tres huellas (un esquí y dos estabilos o bastones adaptados) o cuatro huellas (dos esquís y dos estabilos).
En resumen, actualmente se puede practicar esquí adaptado en la mayor parte de las 34 estaciones españolas. La falta de movilidad o la discapacidad intelectual o sensorial ya no son una excusa para no sacarle el máximo partido a la nieve.
Deja un comentario