El trekking en el Everest, una aventura diferente para los que aman la montaña
Plantearse el Everest como escenario de trekking es el ideal de todo el que se considere amante de la montaña. Si bien es cierto que el Himalaya es una aventura al alcance de unos cuantos privilegiados, la proliferación de expediciones comerciales ha puesto el Everest al alcance de todos.
Viajar al Everest está de moda. La búsqueda de nuevas experiencias y emociones es una oferta que no se puede rechazar. El Everest es un destino mítico, cautivador. El sueño de todo trekker. Para el apasionado del senderismo, practicarlo en las faldas del Everest es llevar su afición a la máxima expresión.
Existen diferentes rutas y propuestas, perfectamente organizadas, que responden a todas las necesidades. Desde trekking moderado, por los valles que custodia el gigante, hasta la ascensión desde Kathmandú al Campo Base del Everest. Esta opción es muy popular, convirtiéndose este punto, a más de 5.000 metros de altura, en el destino más demandado. Así, se trata de la máxima proximidad a la cima que se puede alcanzar si se habla de trekking.
RUTAS EN EL EVEREST
El Valle de Khumbu es una de las rutas más conocidas para alcanzar este objetivo. Un trekking para el que se necesita una media de 15 días. También el Valle de Langtang supone otra opción interesante, con rutas de trekking perfectamente consolidadas. No sólo llevan hasta la falda del Everest. También permiten rendirse a la grandiosidad de los emblemáticos picos de la cordillera más alta del mundo. El Annapurna, (el ochomil más peligroso) o el Ama Dablam (la montaña perfecta) conforman el paisaje, dependiendo la ruta escogida. Sin olvidar el reino prohibido de Mustang, con su halo de misterio, otra propuesta más que recomendable. En definitiva, junto al Everest, los Annapurnas o el Langtang son las regiones nepalíes más importantes en términos de trekking. Cuentan con infinitas posibilidades y permiten sumergirse en un mundo en el que el tiempo parece detenerse.
Cuando se habla de Everest, inevitablemente, hay que asociar esta palabra al pueblo sherpa. Tradicionalmente, resultaba imposible llegar a la cima o, simplemente, a su base, sin ayuda del guía o porteador nativo. Hoy, estos habitantes de las montañas más altas del mundo cuentan con certificaciones internacionales y hablan inglés. Los sherpas abren caminos, marcan rutas y se encargan de la limpieza de la montaña. Para ellos, sigue siendo un lugar sagrado
PREPARATIVO PARA VIAJAR A NEPAL
Para viajar a Nepal hay que tener en cuenta la preparación previa. En primer lugar, se necesita tiempo. Guías, vacunas y pasaporte son fundamentales, así como una buena información del país al que nos dirigimos. El Ministerio de Asuntos Exteriores puede resultar de gran ayuda en estos trámites.
Ver info: Ministerio de asuntos exteriores
Además, existen especialistas en la organización de este tipo de viajes, muy recomendable si se visita Nepal por primera vez.
La mejor época para hacer trekking en el Everest es entre marzo y mayo y entre septiembre y diciembre. Estos periodos son los que, en la zona, se cuenta con una meteorología más favorable.
Por otra parte, cuando se va en busca del Everest, hay que tener en cuenta el mal de altura. Ascender lentamente (nunca más de 400 metros en una sola jornada) es el consejo de los expertos. Y practicar el climb high-sleep low; es decir, dormir en un punto más bajo que el punto más alto que se haya alcanzado durante el día. También se recomienda beber mucho líquido y descansar lo suficiente. El mal de altura, provocado por la disminución de oxígeno, puede llevar a la muerte. De hecho, en las faldas del Everest existe un hospital especializado en esta dolencia.
ATRACCIÓN COMERCIAL
En resumen, más de 60 años después de que Hillary y su sherpa Tenzing Norgay Shera hicieran cima en la cumbre más alta del mundo, hoy se hace a través de las rutas de trekking en torno a sus valles, asequible para la mayor parte de la población. Este lugar que fuera prohibido, inalcanzable, ya no lo es. Se ha convertido en toda una atracción comercial, cuyo despegue comenzó en los años 90. El Everest pasó a ser de todos con la ‘popularización’ de rutas consideradas, hasta entonces, al alcance de unos pocos.
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